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El problema de la catenaria va para largo y "enturbia" el logro del AVE siempre que cumpla Blanco

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NO MENOS DE DOS AÑOS tardará en resolverse el problema de la catenaria en el recorrido ferroviario entre Santander y Mataporquera. Demasiado tiempo o, mejor, un tiempo excesivo que pone sobre la mesa la improvisación del Ministerio de Fomento y de las autoridades regionales. Ayer, en el Parlamento cántabro el debate entre el consejero Sota y la oposición del PP dejó bien a las claras que la línea ferroviaria que gestiona Adif se encuentra en una situación de deterioro que no es de recibo y que nos somete a una situación de aislamiento rechazable desde todo punto de vista. Sota confirmó que en este año quedará resuelto el problema en su 75 por ciento, una afirmación que no concuerda con la realidad si tenemos en cuenta que el concurso correspondiente al tramo Torrelavega-Bezana tardará todavía unos meses y la ejecución no menos de un año. Consecuentemente, el problema de la catenaria enturbia el logro del AVE, al menos hasta Reinosa, siempre y cuando el ministro cumpla lo que pactó con el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla. Sin duda, este problema de la catenaria está afectando, en cuanto a imagen, al Gobierno en su conjunto; al PSOE por detentar el poder en Fomento y al PRC por su apuesta en el AVE.

Nuevos problemas el sábado.

De nuevo la catenaria del trayecto ferroviario entre Santander-Alar vuelve a estar de acutalidad con los dos sobresaltos de ayer que afectaron a no menos de trescientos viajeros que llegaron a sus destinos de MAdrid y Santander con dos horas de retraso. A Madrid viajaron hace unos días el Delegado del Gobierno y el consejero Sota para entrevistarse con altos cargos de Fomento, reunión que el PP ha calificado de fracaso a través del diputado nacional Martínez Sieso. La delegación cántabra logró, al menos, quer el Ministerio anuncie que se licitarán las obras necesarias para su arreglo en unos meses, pero estas promesas -y más sobre el ferrocarril- no convencen mucho. En todo caso, unos y otros tenían que sentir cierto sonrojo por esta situación que pone de manifiesto hasta que punto el Ministerio de Fomento tiene abandonados desde hace años sus obligaciones en infraestructuras en nuestra Comunidad Autónoma. Y este sonrojo, por supuesto, afecta más al actual Gobierno Zapatero que va camino de cumplir ocho años con mando en Fomento.

En esta situación, el mal estrado de la catenaria de la línea ferroviaria en Cantabria y el hartazgo por las reiteradas averías que viene provocando -las de ayer fueron dos que afectaron a servicios del Alvia- trae de cabeza a los y las ciudadanos cántabros que deben utilizar el tren para desplazarse. Y en este contexto, repetimos, no sólo salen malparados el Ministerio de Fomento y ADIF, sino también el Gobierno de Cantabria.

El retraso o, como lo consideran otros, el abandono de la instalación a expensas de unas inversiones que no acaban de llegar, colocan a Cantabria en estado de «marginación», como lo define Comisiones Obreras (CC OO), mientras que el Sindicato Ferroviario (SF) advierte que «lo que tenemos, se nos cae», en alusión al desinterés de Fomento por invertir en esta vía.

 Entre tanta crítica y averías, Adif, gestor de la infraestructura, se ha limitado a reiterar que impulsará una serie de proyectos para la renovación de la catenaria en el trayecto Santander-Reinosa. Pero, de nuevo, no da plazo, ni fechas ni inversión. También informa de que cuenta con un proyecto de renovación de vía entre Torrelavega y Santander por 31 millones de euros, pero tampoco ofrece mayores datos.

Unos y otros tienen que actuar con urgencia por respeto al ciudadano y a los usuarios de Renfe. Mientras llega o no el AVE en las fechas comprometidas por Fomento, este Ministerio no puede dejar abandonada una línea ferroviaria que, como se pone de manifiesto, un día sí y otro también sufre imperdonables averías que afectan a la seriedad del servicio.

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