María La Jabalina, Matilde Zapata y muchas más
Por ELSA DE MIGUEL
Esta semana hemos leído un artículo en “El País” en el que se recordaba a esta mujer, María La Jabalina, gran desconocida hasta ese momento pero el poder de la difusión mediática de nuestro pasado reciente y de la represión fascista encuentran en los medios la mejor manera divulgativa.
María La Jabalina, nombre épico, aventurero, con todo el significado para una mujer de izquierdas que en 1942 fue fusilada a los 24 años de edad, y que transmitió en su corta vida un ejemplo de los ideales de libertad que la España Republicana defendía.
Es emocionante recuperar esa y otras figuras, pero es escasa la divulgación y el reconocimiento, y en ese campo son las autoridades de las ciudades de España y de Cantabria las que tienen la última palabra.
Cuando conocí de la mano de Daniel Galán el cementerio de Paterna, me llevó por esa ruta de la muerte, de fusilamientos en un trayecto macabro en el que se convirtió el paredón de Paterna, y a tantas fosas comunes abundantes y terribles pues cada una de ellas contiene apilados de manera inhumana restos de vidas jóvenes, vibrantes, inocentes en las creencias e incrédulos en sus muertes. Hay una calle a la que llaman la “calle de la sangre”, pues ese era el rastro que dejaba la carreta en el traslado de los cuerpos hasta sus tristes e ignominiosas fosas, y ha sido María La Jabalina la que me ha despertado esas imágenes y la necesidad de que la memoria de esa España nuestra sea tratada y transmitida para que no se quede en el ámbito de una fría legislación. Debe ser algo más: un ponerse en marcha para que todas las Marías de la represión fascista ocupen el lugar digno que la historia de España les debe y en nuestra tierra tenemos a la olvidada Matilde Zapata.
La iniciativa de las autoridades debe ser la primera de dar ejemplo en Cantabria y ¿para cuándo un alcalde tendrá la misma iniciativa y dé ejemplo con Matilde Zapata?. ¿Para cuándo la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica de Cantabria dará el paso a la difusión de vidas y biografías que dignifiquen a nuestras “Marías”, nuestras “Matildes” o nuestros “Antonios”? ¿Cómo puede ser compatible la presencia de símbolos fascistas en nuestros pueblos cántabros con aquellas vidas jóvenes fusiladas en la defensa de la libertad? La Ley de Memoria Democrática tiene mucha tarea por delante y debe ser realizada ya.