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EL "MILAGRO" DE MANUEL HIGUERA: HUNDIR AL RACING

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MANUEL HIGUERA ha anunciado este lunes su dimisión irrevocable. Después del desastre de San Sebastián y de apostar decididamente por el cese del anterior entrenador que dejó al club en puestos de promoción, su dimisión no deja de ser un mea culpa por su mala gestión al frente del club cántabro. Durante años se dedicó en un programa deportivo a decir quien era bueno o malo, ético o mal gestor, en fin, a señalar que él era lA mejor alternativa para el club. Sus ambiciones en este sentido no han tenido límite hasta que consiguió la poltrona racinguista.

Una vez en el cargo, durante sus años de gestión dice haber logrado un "milagro" en cuanto a revolucionar la sociedad que de entrada gestionaba como Napoleón sin arriesgar un euro personal. Cuando Quique Setién, ejemplo de deportista y persona, manifestó que la gestión deportiva no era la acertada, Higuera puso en marcha en los medios que pudo el objetivo de "satanizar" a quien solo decía la verdad de manera objetiva y honesta. Pero a Higuera le interesaba la poltrona y en defensa del puesto demostraba estar dispuesto a denigrar al adversario.

Ahora, la decisión de dimitir solo puede conjugarse con el fracaso. Después de prometer que llevaría el equipo a su lugar natural -la primera división- su logro ya se conoce: le mantiene en el pozo de la segunda división b y en trance de desaparición.  Esta es la razón por la que se ve forzado a tomar una decisión que nunca entró en sus planes, pero que no tiene más remedio que asumir al ser denostado por la masa social racinguista a la que ha engañado y hundido en una Segunda B.

Finalmente, sería necesario que el Gobierno regional abandonara acciones de apoyar económicamente al Racing a través de empresas a las que premia con suculentos contratos. En este sentido, hay que señalar que no somos tontos y parece claro que el Gobierno no ha ayudado al Racing directamente pero sí a través de intermediarios, con prácticas igualmente condenables.

El Racing debe tener futuro pero en otras manos, que le devuelvan a una categoría hace años perdida. 

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