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¿Y SI AUN NO HA PASADO?

Por ESTHER RUIZ

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Pensaba cerrar el año con una columna amable, lo que toca en estas fechas: resumen, balance y propósitos… pero al ver la comparecencia de la Ministra de Sanidad, Carolina Darias, he tenido que cambiar de tema.

COVID, restricciones, tests, PCR, transmisión, variantes, antígenos, vacunación, China, Wuhan, certificado COVID, comité de "expertos"… un vocabulario que ya habíamos olvidado y que nos ha devuelto de golpe a Marzo de 2020. No es mi intención alarmar, pero acuérdense de aquellos que llamaban alarmistas qué poco se equivocaron cuando nos contaron lo que después vendría. Supongo que ha comparecido Darias y no Simón para evitar precisamente eso, que salten las alarmas.


 

China, al contrario que en 2020, ha decidido abrir sus fronteras en puertas del año nuevo Chino. En un momento en el que se habla de más de un millón de contagios diarios y 5000 muertes por día en ese país. Es inevitable sentir miedo, solo queda esperar que hayamos aprendido algo y que nuestros gestores dejen sus peleas para velar por nuestra salud. Que esta vez el mérito de salvarnos no sea suyo y que la que culpa de morirnos no sea nuestra.

Nuestra memoria tiende a olvidar rápido y especialmente lo malo, supongo que como un mecanismo de defensa o de supervivencia, pero hay cosas que conviene recordar aunque sea para valorar. Hubo un tiempo en que nos encerraron, que nos quitaron los abrazos y los besos, que nos separaron de los nuestros, que nos robaron la agenda, que rompieron nuestros planes, que no podíamos salir ni viajar ni tan siquiera ir a la peluquería; que los niños no iban al colegio ni los mayores a trabajar, que nos ponían horario de salida y entrada, que nació la policía de los balcones, que no podíamos tocar ni compartir, que se fueron los nuestros y no los pudimos acompañar ni despedir, que estábamos rodeados de muerte, de incertidumbre y de dolor pero lo disimulábamos haciendo repostería. Que el miedo era nuestro compañero de vida, que pasamos de ser familias a ser convivientes, que nos hablaban de lucha, de batallas, de guerras y que enviaron al frente y sin armas a nuestros sanitarios, a esos que aplaudíamos a las 8 y que hoy les hemos dejado solos en sus reivindicaciones.

Solo pido que haya una estrategia y que todo lo sufrido haya servido para algo. Que por una vez no vayan a salto de mata y actúen coordinados, que se dejen los conmigo y contra mí y que si tienen dudas se lean mi libro, Cuando esto pase…para recordar lo que no conviene olvidar.

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