Que presida EspaÃ±a un excomunista de 90 aÃ±os no es buena idea

Por CARLA PEÃ‘A MOLLEDA

Se ha hecho de rogar, pero por fin sabemos quién será la persona que liderará la moción de censura de Vox: Ramón Tamames.

A los más pequeños de la casa este nombre tal vez no les diga nada, y es normal, pues da la sensación de que Vox ha ido hasta Guiza a encontrar a una persona dispuesta a liderar una moción de censura destinada a fracasar.

Ramón Tamames (Madrid, 1933) ingresó en el Partido Comunista de España en 1956.Fue elegido diputado por Madrid en 1977 y 1979 y entre 1979 y 1981 fue concejal y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Abandonó el PCE en mayo de 1981 para fundar en diciembre de 1984 la Federación Progresista, con la cual participó en la creación de Izquierda Unida en 1986, siendo elegido diputado. En 1987 la FP abandonó IU y en 1989, siendo aún diputado, abandonó la dirección de ese partido e ingresó en el Centro Democrático y Social (CDS). Y en 2023, anunció que sumaba a Vox. Vamos, que es el Ash Ketchum de los partidos políticos.

Podrían haber propuesto a Abascal, a Espinosa de los Monteros, a Buxadé... ¡o incluso a Feijóo y hacer un jaque mate al PP! Pero no, ¡Vox ha decidido que la persona que debe gobernar España y el futuro de mis hijos ha de ser un nonagenario que es incapaz de contenerse el pis!

¿Pero cómo hemos llegado a normalizar esto? ¿Cómo hemos podido normalizar que personas que deberían llevar décadas jubiladas puedan decidir el futuro de 48 millones de personas?

¿Pero qué voy a decir como cántabra, si aquí nos gobierna un octogenario que va a volver a arrasar en las próximas elecciones? A nadie le parece preocupar lo más mínimo que el futuro de su comunidad autónoma dependa de un anciano que él mismo reconoce que no sabe abrir word o excel. Ni siquiera enviar un whatsapp. A nadie le preocupa que el destino de sus hijos, y el de ellos mismos, dependa de una persona que, con esas nulas capacidades tecnológicas y que continuamente da la espalda a los avances tecnológicos, estaría despedido en cualquier empresa. Y no me estoy refiriendo a una gran empresa tecnológica, si no que es que Miguel Ángel Revilla no está actualmente capacitado ni para trabajar en Mercería Loli.

Nos pasamos de buenistas. Vox se pasa de buenista. Vox pretende que el futuro de mis hijos dependa de un señor que ya ni puede valerse por sí solo.