Pindado calificó a Berta Jayo de "neorromántica", entre Unamuno y Juan Ramón
Un profundo análisis de las características y las temáticas de la obra, con la brillantez que acostumbra, hizo Jesús Pindado clasificando los poemas del libro conforme al predominio de sus funciones expresivas.
GRAN INTERÉS EN EL ATENEO por asistir a la presentación de la última obra literaria -tercer libro de poemas- de la escritora y artista cántabra Berta Jayo, titulada "Regalo de Dios", acto que contó con la presencia de la autora.
Hizo la salutación y apertura del acto Manuel Ángel Castañeda, presidente del Ateneo, compartiendo presidencia la autora; el académico Pedro Crespo de Lara como prologuista; el editor, el poeta torrelaveguense Carlos Alcorta; además de la pintora Gloria Pereda y el periodista y escritor, Jesús Pindado, ambos presentados por Jesús Cabezón.
Un profundo análisis de las características y las temáticas de la obra, con la brillantez que acostumbra, hizo Jesús Pindado clasificando los poemas del libro conforme al predominio de sus funciones expresivas, poéticas o conativas. Añadió que esta prosa poética -cercana al ensayo por “pensar el sentimiento“- es susceptible de estudiarse también bajo la paremiología que examina los proverbios y apotegmas.
Aparte de otros más descriptivos o coyunturales por su anécdota circunstancial, agrupó los poemas principalmente en torno a los siguientes temas: la citación de Puebla y los colores en México, la felicidad, el amor y desamor, la conciencia de sí misma, de las diferencias sociales y el daño ecológico del fuego, además de la localización de los peces -como extensión al título de “regalos de Dios“-, y de la “trascendencia e inefabilidad“ gracias que la inspiración le hace encontrar las palabras, y la muerte.
Con la lectura de algunos poemas recordó Pindado, entre otras cosas, que sin presencia mitológica como parte de la religión (con lo sagrado y lo ceremonial en común), como memoria colectiva y tradición oral anterior a los géneros literarios, la inclusión en el textos de abadías, de un sacerdote, una sanadora, las figuras de ángeles, almas, “el saber ser alma“ y otras figuras, resalta la particular “aceptación de la fe“ no sin irónica provocación, sin embargo, de alusión a ciertos aspectos bíblicos y a Darwin.
Calificó a Berta Jayo como “más moderna que posmoderna“ como poeta que como artista, alejada del gusto modernista, y sin vinculaciones parnasianas o concesiones ultraístas y formales al virtuosismo y a posteriores descreídos optimistas o muy experimentales. A su modo, por mencionar influencias, la calificó de “neorromántica“ y la situó por los temas entre Unamuno “sin la tempestad de las dudas“ y por la sensibilidad lírica, “vinculable a Juan Ramón“.
Debido a las limitaciones de aforo por el protocolo del coronavirus no puderon entrar bastantes personas a la sala. Berta leyó al final varios de sus poemas, siendo muy aplaudida.