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Miguel Otamendi, ingeniero de Caminos: el transporte público

En el curso de la construcción tuvo que salir al paso de distintas campañas que cuestionaban la rentabilidad del Metro, para lo que publicó numerosos artículos y folletos.

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Miguel Otamendi, ingeniero de Caminos: el transporte público
11-06-2020

 

Hoy en día nadie cuestiona que el transporte público se ha convertido en un servicio esencial en las grandes ciudades, pero en el curso de la construcción del ferrocarril subterráneo de Madrid,  distintas campañas cuestionaron la rentabilidad del Metro.

Los hermanos Otamendi  se involucraron desde un inicio en el proyecto del Metropolitano, mejorando otros proyectos anteriores al proponer la tracción eléctrica, la doble vía, el ancho internacional y el uso exclusivamente urbano. Con el apoyo del Banco de Vizcaya, la aportación del propio rey Alfonso XIII y la participación de otros inversores, se consiguieron los 9.000.000 de pesetas del coste total del proyecto.

Durante la crisis sanitaria del Covid-19 todo el servicio de transporte público ha llevado a cabo un gran esfuerzo para adaptar la oferta y garantizar el servicio, siguiendo la orientación de las autoridades competentes en todo momento.

Otamendi Machimbarrena, Miguel. San Sebastián (Guipúzcoa), 24.VI.1877 – Madrid, 1958. Ingeniero de Caminos, constructor del Metro de Madrid.

Siguiendo a sus primos Alberto y Vicente Machimbarrena, al acabar el bachillerato, marchó a Madrid para estudiar la carrera de Ingeniería de Caminos. Allí formó, con su hermano José María y otros estudiantes donostiarras, un grupo cuya colaboración habría de prolongarse en el tiempo. Terminó los estudios en 1898, con el número 1 de su promoción e, interesado por las aplicaciones de la electricidad, marchó a ampliar estudios a París. En 1902 se presentó, con Vicente Machimbarrena, al concurso para el proyecto de un puente en la ría de Bilbao.

En los años siguientes se incorporó a la sociedad de ingenieros proyectistas Mengemor, formada por Carlos Mendoza, Antonio González Echarte y Alfredo Moreno, y participó en muchos de sus proyectos de saltos hidroeléctricos. Simultáneamente, trabajó en la oficina de Verificación de Contadores Eléctricos y asistió en representación de España a los congresos de Electricidad de San Luis, en 1904. Entre 1910 y 1914, ejerció como profesor de Construcción en la Escuela de Caminos, dejando una magnífica impresión a sus alumnos; pero abandonó ese puesto para dedicarse, con Mendoza y González Echarte, al proyecto y construcción del ferrocarril metropolitano de Madrid, cuyas obras empezaron en 1917 y se inauguraron en 1919.

En el curso de la construcción tuvo que salir al paso de distintas campañas que cuestionaban la rentabilidad del Metro, para lo que publicó numerosos artículos y folletos. El éxito del Metro, vinculado al de la Compañía Inmobiliaria Metropolitana, fue inmediato. Desempeñó el cargo de director de la empresa y, tras la muerte de Mendoza, el de presidente del Consejo de Administración. En 1946 se le concedió la Medalla de Plata de Madrid.