El Racing 'El Pupas del Norte'
Por Leandro Mateo
La oscura tarde, con alguna llovizna hizo mella en el conjunto racinguista. No en la afición, manteniendo, en todo momento el clima adecuado, en forma de tirar del carro.
Con goles al principio y al final del encuentro del Real Zaragoza, acompañado de las consabidas y excitantes pérdidas de tiempo, para quienes las sufren, se llevaron la victoria de la necesidad. Con ella han salvado la categoría, ínfimo premio, si tenemos en cuenta los inicios de temporada, abriendo un camino seguro a la primera división. Pero premio al fin y al cabo, demostrándolo con saltos de alegría del banquillo maño.
Ese 0 a 2, es la consecuencia de un partido raro, para el representativo, cuya consecuencia, durante, al menos toda la jornada del domingo, fue lo más cercano a la Ley de Murphy.
Lo malo fue a peor. Tan solo unos minutos antes de finalizar el encuentro en el sardinero, el Racing aún perdiendo estaba clasificado para el Play off . El otro Racing, el ferrolano, no conseguía ganar y el Sporting, empataba ante un candidato al ascenso directo, el Eibar, llegando al final el gol de los gijoneses. Menos mal, para nuestros intereses que el Villarreal B, caía a última hora frente al Valladolid, al que minutos antes ganaba a domicilio.
El primer hecho desgraciado se producía a los tres minutos, cuando Aldasoro, pierde una pelota, casi en el centro del campo, sobrepasándole, Badía, centrando al compañero, Azón, un canterano, que ante el resbalón de Manu, se puso enfrente de Ezquieta, fusilándole. Mientras uno se pregunta el porqué, sí el equipo cántabro protagonizó varias de esas jugadas, no marcaron. No es la primera vez que pasa, el exceso de responsabilidad, ataca a los nuestros, casi como una pandemia. Deberían para evitarlo pensar en los días del Tenerife, los dos del Sporting o Leganés. Perdónenme, en este partido se jugaba mucho más el equipo de Zaragoza, con uno de los presupuestos importantes de la categoría, amenazado de bajar a primera RED.
Un arbitraje, no solo deficiente, por anti casero, sino sospechoso. La verdad, es imposible tener pruebas, Pero cuando cada jugador maño se caía, falta a su favor casi siempre, mientras cuando la supuesta víctima era un jugador cántabro, entonces los contrarios tocaban balón. No menos injusto fue el reparto de tarjetas. Ahora bien lo auténticamente desesperante fue la anulación del bellísimo gol de Andrés. Entiende el colegiado, que un jugador racinguista hace falta al portero chocándole la cabeza. Yo lo que vi, es que portero y jugador van a por un balón alto en el área y se rozan la cabeza. Incluso creo que el portero despeja y Andrés Martín marca. Cuando esto ocurre, el portero que se mantenía de pie, se tira como si le hubieran abierto la cabeza, mientras el local, que por esa regla, también tenía que estar dolorido, le mira sorprendido. Árbitro señala el centro del campo, sube el gol y unos minutos después decide revisar la jugada y lo anula por falta previa. Con gritos de ¡Manos arriba, esto es un atraco” del público.
A pesar de todo los del Sardinero, se les veía con posibilidades de enmendar la pena, sobre todo en el transcurso del primer tiempo. El Segundo, bajaron algo las prestaciones. Pero sin duda, el gran “Palo” los sufrimos con la lesión de Iñigo Vicente. Mucho peor que cuando marcaron los del Molinón. De repente el jugador vasco, empezó a cojear, pero seguía jugando. Hasta que de repente con las manos tapándose la cara cayó al prado. Atendido en la banda este, se nos cayó, como suele decirse, “El alma a los pies”, cuando se solicitó la camilla. Eso sí, en el recorrido, que ejemplo la afición, coreando el nombre de jugador, mientras él marchaba envuelto en lágrimas.
Ello además de suponer la pérdida, en ese momento presumiblemente hasta la próxima temporada, a un jugador señero del club; el equipo, ni el entrenador dieron una a derechas.
Sin embargo, la lesión de Iñigo Vicente ha sido la contracción de un nervio con lo que, con algunos cuidados, puede estar, si el entrenador le requiere para jugar en Villareal. Pasado el susto, cuya consecuencia nos hacían perder las ilusiones, hasta de la promoción de ascenso; habrá que volverlo a dar todo, sin complejo, olvidándose, que somos El Pupas del Norte, siempre tenemos que alcanzar metas acongojados. Por tanto suer