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Análisis del mensaje navideño del Rey: Felipe VI se acercó al Gobierno socialista y aparcó la línea más política

En estos días tan especiales, en los que siempre nos deben unir los mejores sentimientos, os deseo, junto a la Reina y nuestras hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, una Feliz Navidad y que en el año 2019 podáis ver cumplidos vuestros anhelos y as

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Análisis del mensaje navideño del Rey: Felipe VI se acercó al Gobierno socialista y aparcó la línea más política
24-12-2018

DIARIOCRÍTICO.COM

El tradicional discurso de Navidad del Rey, quinto de Felipe VI desde que accedió al trono, aparcó esta vez el gran peso que tuvo Cataluña y otras conflictividades políticas en sus mensajes anteriores. Tras un año más calmado, quiso dar más protagonismo a la "convivencia". Y claro, nadie olvida que ha sido uno de los 'mantras' del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante estos meses en el cargo, para afrontar la crisis separatista.

Por eso, Moncloa ha querido destacar que el monarca ha sintonizado con la idea del Ejecutivo de Sánchez de velar por "la convivencia, el diálogo y el consenso para superar los problemas". Creen en el otro palacio que este "hilo argumental" sintoniza "con lo que defiende el Gobierno". Creen que, veladamente, Zarzuela apoya así la línea de diálogo del Gobierno socialista, ya que ven que Felipe VI ha apelado a "la convivencia y alude a la Constitución con naturalidad", tras la reunión con el president catalán, Quim Torra. También se aplaude que Felipe VI tratase problemas actuales en la sociedad como el "paro y la violencia contra las mujeres".

Por su parte, el jefe de la oposicion, Pablo Casado, quiso destacar una frase del Rey sobre que "las reglas que son de todos deben respetarse por todos", ante la "vigencia de la Constitución".

En cuanto a Ciudadanos, su presidente, Albert Rivera, dijo estar "de acuerdo" con Felipe VI sobre el concepto de "convivencia" como "patrimonio" de la democracia, la cual deben "asegurar" defendiendo la "igualdad, la libertad y la unión": "La convivencia es el mayor patrimonio, la obra más valiosa de nuestra democracia". Sostiene que su partido lucha por asegurar esa convivencia "defendiendo la igualdad, la libertad y la unión".

También destactó que el monarca apostó por seguir trabajando por la modernización de España: "Miremos al futuro para modernizar y seguir mejorando nuestra gran nación".

En otro ámbito ideológico, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, también analizó el discurso del Rey. Admitió "aciertos" en su mensaje navideño, en especial mencionar a las mujeres y el "cambio de tono respecto a la cuestión territorial". Por eso sostuvo: "El Jefe de Estado ha hecho hoy un discurso que, aunque viene de una institución que difícilmente puede responder a los anhelos democráticos e igualitarios de la sociedad española, incluye claves interesantes y aciertos que reconocer".

"Habla a las mujeres, en lo que parece un reconocimiento de la enorme desconexión que existe entre la institución monárquica y las aspiraciones que han expresado las mujeres en España. El rey sabe que la España feminista no quiere patriarcas", comentó, añadiendo que "lo más reseñable es el cambio de tono respecto a la cuestión territorial. El Jefe de Estado abandona el discurso del 3 de octubre y habla de convivencia y respeto a la diversidad. Reconoce así implícitamente que se equivocó asumiendo las tesis de la derecha sobre Cataluña".

Pero pese a todo, cree que no hay empatía real en las palabras del Rey: "Le honra intentar empatizar con los más castigados y reconocer sus errores. El problema es que la institución monárquica pertenece a otro siglo y no puede, aunque lo intente, responder a la necesidad democrática de España: justicia social, feminismo, fin de la corrupción".

Más reacciones

Más crítico con el monarca fue el socio de Iglesias, Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida. "He escuchado un discurso borbónico sin credibilidad y voluntarista (por ejemplo, las menciones a la motivación, ilusión y esfuerzo de los jóvenes son propias de un “coach”). Es el discurso de quien sabe que tiene adaptarse pero no termina de saber ni hacia dónde ni cómo".

Por su parte, Santiago Abascal, líder de Vox, se limitó a citar una frase del monarca en su único tuit: "Sigamos adelante, con coraje y sin descanso. Todos podemos hacer mucho por el bien común y superarnos cada día; haciendo cada uno lo que nos corresponde y sumando todas nuestras fuerzas en el deseo de una España siempre mejor".


© Casa de S.M. el Rey

Buenas noches.

En estos días tan especiales, en los que siempre nos deben unir los mejores sentimientos, os deseo, junto a la Reina y nuestras hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, una Feliz Navidad y que en el año 2019 podáis ver cumplidos vuestros anhelos y aspiraciones.

Hoy no quiero dejar de recordar a quienes vivís una situación difícil por razones personales, económicas o sociales; o estáis lejos de vuestro hogar y seres queridos. En estas horas, que han de ser para la alegría y de celebración, nuestro corazón y nuestro pensamiento están a vuestro lado; y nuestro mayor deseo es que todas esas circunstancias queden pronto atrás.

A lo largo de los últimos años os he venido transmitiendo en Nochebuena mis inquietudes y reflexiones sobre nuestra democracia; sobre la cohesión social y territorial, la economía y el paro o la educación; también sobre la corrupción, el terrorismo, o la violencia contra las mujeres; una violencia, de tan triste actualidad y que merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla de nuestra vida. Todas estas cuestiones que acabo de mencionar nos siguen preocupando, por supuesto, muy seriamente.

Permitidme que esta noche os hable de algo que también me parece muy importante. Quiero hablaros de nuestra convivencia, de los principios en los que se inspira, pensando en el presente y también en el futuro, en nuestras generaciones más jóvenes, a las que hoy me voy a dirigir especialmente.

El pasado 6 de diciembre, con motivo del 40 aniversario de nuestra Constitución, recordé nuevamente los ideales que animaron y unieron a los españoles durante la transición política y que han sido el fundamento, la base de nuestra libertad y de nuestro progreso de estos últimos 40 años: la reconciliación y la concordia; el diálogo y el entendimiento; la integración y la solidaridad.

Quienes vivieron aquellos años saben bien que si hay algo que los define fue el valor de trabajar juntos y unidos pensando en nuestro país y en su futuro; fue la voluntad de los españoles de entenderse y la de los líderes políticos, económicos y sociales de llegar a acuerdos, a pesar de estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos.

A todos les unía un objetivo muy claro: la democracia y la libertad en España; definir unas reglas comunes que garantizaran nuestra convivencia. Y lo lograron. De ese éxito nos hemos beneficiado las siguientes generaciones; y lo que debemos hacer hoy es todo lo que esté en nuestras manos para que esos principios no se pierdan ni se olviden, para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos. Y de esa manera asegurar a los jóvenes, con mayor garantía, nuevas décadas de progreso y avance como las que nosotros afortunadamente hemos conocido.

Quienes fuisteis protagonistas o testigos de la transición estoy seguro de que entenderéis muy bien lo que acabo de decir. A los que no vivisteis aquel tiempo y especialmente a las generaciones más jóvenes, tenemos el deber de haceros partícipes de ese período de nuestra historia, de ese camino que permite entender por qué y cómo España ha conseguido el cambio más radical de su historia; por qué y cómo ha avanzado y prosperado tanto nuestra sociedad desde entonces.

Yo creo que eso es necesario, sí; pero también creo que no es suficiente. Porque como sociedad tenemos una deuda pendiente con nuestros jóvenes. Somos responsables de su futuro y las circunstancias de hoy en día no son, ni mucho menos, las más fáciles.

Los jóvenes vivís inmersos en la realidad de una sociedad tecnológica —de cambios continuos y acelerados— que plantea nuevos interrogantes, pero que a la vez está llena de nuevas oportunidades. Tenéis talento, creéis en la paz, estáis abiertos al mundo porque sois y os sentís europeos, sois solidarios, estáis comprometidos con las causas sociales, con la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente. Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios.

Sabéis que es muy difícil encontrar trabajo sin una adecuada formación. Muchos la tenéis, pero a veces os veis obligados a ocupar un puesto de trabajo que no es para el que os habéis preparado o que no responde a vuestras expectativas. Y os tenemos que ayudar: a que podáis construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y un salario dignos, a tener un lugar adecuado donde vivir y, si así lo queréis, a formar una familia y poder conciliar con la vida laboral.

Nuestra responsabilidad, la de toda nuestra sociedad, es que vuestra capacidad, vuestra motivación, vuestra ilusión y esfuerzo, venzan a las dificultades; porque tenemos la obligación –contando con vosotros, con vuestra energía–, de seguir construyendo día a día un país mejor, más creativo, más dinámico, y siempre en vanguardia; una España más cohesionada socialmente y más comprometida con la igualdad real entre hombres y mujeres.

Hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia.

Una convivencia que se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás; que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles; que es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan; una convivencia en la que la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades.

Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades. Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos, y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimiento.

Y esta es la reflexión que quería haceros llegar esta noche: que la convivencia —que siempre es frágil, no lo olvidemos— es el mayor patrimonio que tenemos los españoles. La obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes; y, por ello, debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla; y hacerlo con responsabilidad y convicción. Así lo hemos demostrado durante estos últimos cuarenta años de libertad porque hemos creído en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas.

Ahora debemos valorar con orgullo lo que somos, lo que hemos hecho y confiar en lo que podemos hacer entre todos, alejando el desencanto o el pesimismo. Debemos ser conscientes de la nueva realidad que nos impone el siglo XXI y ser capaces de alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España.

Con esa esperanza y confianza en el futuro, sigamos adelante. Con coraje y sin descanso. Porque todos podemos hacer mucho por el bien común, y superarnos cada día; haciendo cada uno lo que nos corresponde y apoyando a quien cumple con su obligación; animando a quien lo precisa —sin que nadie quede atrás—, y sumando todas nuestras fuerzas en el deseo de una España siempre mejor, porque los españoles lo merecemos.

A todo esto os animo. Gracias por escucharme y os deseo nuevamente a cada uno de vosotros y a vuestras familias, una muy feliz Navidad.

Eguberri on. Bon Nadal. Boas festas.
Buenas noches. Y feliz y próspero 2019.