Permitir que los jugadores prueben el título puede superar cualquier anuncio tradicional
Todos hemos caído en el truco de marketing más popular de la industria de los videojuegos en la última década. Publicidades llamativas que muestran una jugabilidad emocionante, gráficos increíbles y una premisa intrigante. Haces clic para descargar, con la adrenalina ya corriendo, solo para descubrir que el juego no se parece en nada al anuncio. Pero el pago ya fue, no hay vuelta atrás: te han engañado.
Por eso, muchos jugadores modernos están desilusionados, al menos cuando se trata del hype. Los tráilers y las capturas de pantalla simplemente no son suficientes; quieren pruebas reales. En general, los consumidores están cansados de la táctica del engaño. Para ganarse realmente su confianza y tener una oportunidad de vender, dejar que prueben el juego directamente es el enfoque de marketing más inteligente.
La muerte del marketing tradicional en los videojuegos
Los tráilers y las capturas de pantalla generan hype; eso sigue siendo cierto. Pero no responden a la verdadera pregunta: ¿es bueno el producto? Además, los jugadores se han vuelto escépticos ante esos tráilers cinematográficos grandilocuentes que parecen una película de Hollywood.
Son demasiado astutos para caer; saben que esos tráilers no reflejan la jugabilidad real. Capturan los mejores momentos, son cinemáticas, nada más. Jugar el juego es una experiencia completamente distinta.
Incluso los juegos más grandes del mercado pueden ser auténticos fiascos, a pesar de contar con material publicitario pulido. Las empresas pagan para poner una IP costosa (por ejemplo, Marvel o Disney) en la portada del juego, pero la jugabilidad en sí es lo más bajo de lo bajo.
Ahora se necesita algo más que marketing tradicional: demos. Sí, son un poco ‘tradicionales’, digamos. Algunos jugadores todavía recuerdan los CDs llenos de demos que venían con las revistas de videojuegos, por ejemplo (con demos legendarias como Wolfenstein 3D y DOOM). Durante un tiempo, los publicistas las ignoraron, pero en 2025, hicieron su regreso.
Por qué las demos generan mejores conversiones (y superan cualquier anuncio)
Las demos ponen el producto en manos del jugador. Es un “pruébalo antes de comprarlo”, una prueba de manejo que demostrará que tu juego vale el hype del tráiler. Tienen la oportunidad de sentir las mecánicas, lo visual y la atmósfera general.
Las demos permiten que los jugadores experimenten, en lugar de solo observar. Esa es parte de la razón por la cual plataformas importantes como Steam están invirtiendo fuertemente en demos. Incluso cuentan con páginas específicas dedicadas a demos para destacar los títulos más recientes.
Las demos también permiten que streamers en Twitch y YouTube prueben tu juego y generen interacción, una parte importante del marketing de videojuegos. Esto puede darse de forma orgánica, o puedes crear alianzas con algunos de los nombres más influyentes en tus mercados clave.
Una buena demo no solo busca generar ruido, sino lograr una interacción real, un compromiso con el juego. Una vez que el jugador se engancha con el gameplay, es mucho más probable que compre la versión completa en comparación con haber visto un reel corto en redes sociales.
La psicología de la demo
Hay algo en lo “gratis” que nos atrae a todos, ya sea una muestra en el supermercado o un juego sin coste para jugar. Sitios como CrazyGames se basan exactamente en este concepto sin barreras. Haces clic y juegas, sin esperas, sin iniciar sesión, sin cargos inesperados, solo diversión pura sin publicidad molesta.
Las demos funcionan con esa misma psicología: eliminar la fricción entre ver un juego anunciado y jugarlo realmente. La demo inicia la relación con una buena impresión, creando una base que lleva al botón de “comprar”.
Piensa bien: una experiencia de jugabilidad de cinco minutos vende mucho más tus mecánicas y tu historia que un anuncio de treinta segundos. Además, es una experiencia auténtica, algo muy valorado por los consumidores.
Con una demo no hay intento de ocultar nada, no hay trucos, es solo juego puro. Si al jugador le gusta, hay una altísima probabilidad de que lo compre. Así de simple es.
Genera hype sin la venta forzada
Los consumidores son astutos; se ha vuelto difícil vender sin, bueno, vender. Con las demos, no tienes que preocuparte por empujar el producto hasta el punto de resultar molesto. El juego habla por sí solo, lo cual es mucho más efectivo.
Además, una demo funciona como un prelanzamiento. El juego no necesita estar 100 % completo. Puedes usar la demo para recopilar feedback, construir la comunidad del juego antes del lanzamiento completo y hacer mejoras.
Cuando das difusión a tu juego, ya seas parte del equipo de marketing de un gran estudio o el creador de un juego indie pequeño, se aplica la misma regla: experiencias por encima de publicidad. Demos en vez de tráilers, un llamado a la vieja escuela gamer donde los trucos de antes todavía funcionan. Deja de vender con discursos de marketing exagerados. Usa tu tiempo en crear demos que funcionen bien, en lugar de otra cinemática que no refleja la jugabilidad. Invierte en estrategias que te den retorno y una conexión genuina con tu audiencia, no en tráilers que consiguen vistas pero pocas conversiones.