Todo debe ir bien en estos casos y el ambiente ser bueno, pero esta vez ha sido realmente plácido para Sánchez, quien ha dejado atrás los tiempos de disputas internas, familias enfrentadas y dudas sobre el liderazgo.

Sánchez clausuraba un 40º Congreso del PSOE del que ha salido con un respaldo mayoritario y con una nueva ejecutiva que integra a gran parte del Gobierno de coalición, con cambio de aires y renovación de edad.

No por ello, Sánchez dejó atras el pasado, reivindicando sin complejos el legado de los ex presidentes del Gobierno, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, siendo mucho más delicado, claro está, el caso del primero.

Se aparcaron los malos gestos y las críticas y llegaron las sonrisas y los abrazos. El PSOE dio la sensación de estar como Fuenteovejuna, todos a una, que no es otra que ganar de nuevo en las urnas cuando toque, ya sea en 2023 o algo antes si la legislatura se pone tensa.

Logros y futuribles

En su discurso de clausura del Congreso, Sánchez prometió derogar la reforma laboral del PP, como exige Unidas Podemos, así como la 'ley mordaza', y ha asegurado que abolirá la prostitución.

Sánchez también presentaba los "logros del Gobierno", como el Ingreso Mínimo Vital, los ERTE, la nueva ley de Educación (LOMLOE) o la ley de eutanasia, y ha prometido "seguir avanzando, poniendo punto y final a leyes como la 'ley mordaza' y la reforma laboral del PP, impuestas y sin acuerdos, que precarizaron los contratos y devaluaron los salarios".

"Y avanzaremos, aboliendo la prostitución que esclaviza a las mujeres. Ese es mi compromiso: avanzar hacia la España que nos merecemos. Hacia la España que queremos", proclamó el líder socialista.