Los constructores respiran en una Cantabria en la que es menester más obra pública
Cantabria no ha sido en años anteriores receptora de proyectos, pero es en cambio exportadora de mano de obra muy cualificada en materia de construcción y promoción.


Dejó dicho Enrique Tierno Galván, aquel “viejo profesor” que tuvo Madrid como alcalde de 1979 a 1986, que “todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado, y la ciudad, que es el hogar público”. Para edificar en uno y otro escenario son esenciales los constructores y promotores, que no pasan por su mejor periodo en Cantabria, una región en la que las diferentes generaciones heredamos el debate permanente de las infraestructuras que necesitamos y nunca terminan de llegar. Dentro de las voces autorizadas que son en la materia, los empresarios del sector vuelven a hacer balance anual y exponen con toda claridad la situación real dentro de la construcción.
Tras diez años de sequía total en obra pública por la crisis económica, el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP) de Cantabria, Gervasio Pinta y su junta directiva, se muestran un tanto más esperanzados, poro dejando muy claro que siguen siendo muy urgentes cambios que favorezcan su trabajo, y lo principal es que los municipios se pongan al día respecto a sus planes generales de ordenación urbana, lo que crearía un suelo que ahora no hay para poder construir las nuevas viviendas que se necesitan. Los terrenos para pisos y dotaciones urbanas son muy escasos, y esto preocupa y mucho dentro de la ACP. Lo mismo piensan del necesario regreso de la obra pública a Cantabria, por parte del Gobierno de España y, en especial, del Gobierno de Cantabria. Creen que el periodo 2018-2019 (no van más allá) van a ser mejores años, aunque ven cortas, y llevan razón, las dotaciones económicas previstas para los principales proyectos de mejoras en infraestructura que vienen, y que se van a centrar en mejoras de carreteras, nuevos viales y los polémicos accesos ferroviarios.
No deja de ser curioso, y así lo cuentan ellos mismos, que Cantabria no ha sido en años anteriores receptora de proyectos, pero es en cambio exportadora de mano de obra muy cualificada en materia de construcción y promoción. El hecho entristece a Gervasio Pinta, en lo que supone perder para la región un potencial humano y profesional muy preparado, que ha tenido que marcharse por falta de oportunidades dentro de su propia región. En contraposición, se muestran contentos de que las grúas de la construcción vuelvan al panorama de nuestras ciudades y pueblos.
Es verdad que en esta ocasión les he visto más optimistas que en diciembre de 2016, año muy negro para todo. Siguen poniendo el acento en que Cantabria ha de reivindicarse permanentemente, recuperar el terreno perdido, y pasar del debate a los hechos en materia de obra pública. Como solía también decir Tierno Galván al presentar alguna nueva iniciativa urbanística para la capital de España, “es menester”.