Justicia politizada: la persecución judicial contra Le Pen y el peligro para la democracia

31-03-2025

La reciente condena contra Marine Le Pen por el supuesto mal uso de fondos europeos es una prueba más de cómo el sistema judicial francés, dominado por la izquierda, se ha convertido en un instrumento de persecución contra cualquier alternativa política al globalismo progresista. Este caso, que ya había sido cerrado en Bruselas, ha sido reabierto en Francia con el claro objetivo de eliminar a una de las pocas líderes capaces de desafiar el status quo.

Mientras que escándalos como el Qatargate o el caso Huawei, que involucran a políticos y lobbies de la agenda globalista, permanecen impunes o se investigan con una lentitud sospechosa, Le Pen es objeto de una caza de brujas judicial con el fin de debilitar su posición de cara a las elecciones. Este patrón de persecución no es nuevo: en Rumanía, la justicia ha sido utilizada como un arma para destruir a la oposición, y en España, la formación VOX enfrenta constantemente ataques judiciales y mediáticos con el mismo propósito.

El uso de la justicia con fines políticos supone una grave amenaza para la democracia. No se trata de un debate sobre la legalidad de los hechos, sino sobre la clara manipulación de los tiempos y las decisiones judiciales para influir en el escenario político. Francia, que se presenta como un bastión de la democracia y los derechos, está cayendo en la peligrosa tendencia de convertir su sistema judicial en un mecanismo de represión al servicio del poder.

Si Europa permite que esto continúe, el futuro de las democracias occidentales estará en grave peligro. No puede haber justicia si esta se usa como un arma para silenciar a la oposición y consolidar un único pensamiento. Es momento de alzar la voz y denunciar estas maniobras que no buscan otra cosa que la desaparición de toda alternativa al globalismo progresista.