El paro y el Día de la Marmota
Gobierne quien gobierne los datos de empleo suelen ser una buena noticia. Porque son mejores, porque frenan la caída anterior aunque caigan, por ser el mes menos malo en un mes tradicionalmente malo, etc. Incluso con datos terribles siempre podremos compararlos con una crisis anterior aunque tengamos que remontarnos a la crisis del petróleo de 1973. Ver las ruedas de prensa el día que hay datos del paro es sentirte como Bill Murray, en Punxsutawney, en el Día de la Marmota.
Además no hay un solo indicador, hay varios y no tienen por qué seguir la misma tendencia. Así que frecuentemente podemos elegir el más favorable. Tenemos el número de parados y su porcentaje sobre la población activa: uno puede subir y el otro bajar porque la población activa no es fija. También los afiliados a la Seguridad Social que es el número de personas trabajando aunque no nos dice cuánto cada uno, cuántos días a la semana, cuántas horas al día…
Además sabemos que son datos sujetos a temporalidad. 2º y 4º trimestres son buenos el 1º malo y el 3º horroroso aunque por meses es diferente. En septiembre por ejemplo se destruye mucho empleo veraniego del sector servicios pero es cuando más empleos estables se generan.
Pero, ¿por qué los datos no se correlacionan siempre? ¿Qué significa cada cosa? ¿Cómo podemos saber realmente si hay más trabajo o menos? Y, sobre todo, ¿podemos tener un indicador fiable que nos valga siempre para poder comparar y saber si estamos creando o destruyendo trabajo?
Vamos a intentar explicarlo porque nada tiene por qué ser lo que parece…
El paro puede bajar sin que se cree empleo, simplemente porque aumente el número de quienes ya no cobran prestación y no renueven el paro porque “para qué”.
Los afiliados a la Seguridad Social pueden bajar sin que suba el paro si extranjeros que pierden el trabajo retornan a su país o si se produce una fuga masiva de jóvenes, la llamada eufemísticamente “movilidad exterior”.
Podemos bajar la tasa de paro, aumentar la de actividad, aumentar la población ocupada sin generar una sola hora nueva de trabajo simplemente transformando X trabajos a jornada completa por 2X trabajos a media jornada. El doble de personas trabajando la mitad del tiempo baja el paro, pero no crea trabajo. Esto ya se ha hecho, fomentar el trabajo a tiempo parcial para ofrecer a la sociedad una sensación de falsa mejora del empleo.
Se puede crear empleo y que aumente la tasa de paro simplemente si aumenta la población activa, por ejemplo, fin de curso con mucha población que quiere pasar de estudiante a demandante de empleo.
En definitiva, lo que realmente queremos saber es si nuestra economía crea más empleo real, más trabajo, más horas trabajadas totales. Lo ideal sería eso, conocer el número total de horas efectivas semanales trabajadas por todos los ocupados.
Con ese dato en modo trimestral podríamos salvar la estacionalidad y comparar cómo evoluciona la creación de empleo en España de un año a otro, de un trimestre al mismo trimestre del año anterior. Sin trampas, sin fomentar el trabajo parcial para mejorar los datos, sin desincentivar el hecho de estar registrado como demandante a quien ya no cobra prestación, sin que la llegada de inmigrantes o su marcha o la de nuestros jóvenes tergiverse las cifras...
Qué bueno sería que se pudiera hacer eso… ¡Pues se puede! ¡La Encuesta de Población Activa registra ese dato! Tenemos un Instituto Nacional de Estadística fantástico que nos ofrece una cantidad ingente de datos sobre casi cualquier materia.
Así podemos comprobar que el cuarto trimestre de 2008 se trabajaban en España 680 millones de horas, dato que se reduce a 640 en el mismo período de 2019, antes de la pandemia y que aún está lejos de las 618 millones de horas del 2021.
¿Queremos saber si hay más trabajo que antes de la pandemia? Pues no, no lo hay, estamos un 3,8% por debajo del 4º trimestre de 2019 (anterior a la pandemia) que, por cierto, fue el mejor desde 2008.
¿Queremos saber si hemos superado la crisis del 2008? ¡Pues qué va! Estamos un 9,41% por debajo del 4º Trimestre de 2008 y en ningún trimestre anterior a la pandemia estuvimos mejor que en su mismo trimestre de 2008. La crisis de 2008 a nivel de empleo no se llegó a superar y ahora estamos aún más lejos.
¿Pero cómo puede ser eso si hemos batido el récord de afiliación a la Seguridad Social desde 2007 y por lo tanto de personas trabajando y el paro está en un 13,33% el nivel más bajo desde 2008? Pues porque ha aumentado la población ocupada, pero también el empleo a tiempo parcial, la inestabilidad laboral, los contratos por horas que sumados no dan el mismo número de horas que los trabajaos a tiempo completo de antes de la pandemia y mucho menos que antes de 2008.
Más gente trabajando, pero menos horas trabajadas. Esto no tiene por qué ser bueno ni malo per se. Es más, deberíamos ir a un modelo de menos horas y más trabajos con el mismo poder adquisitivo o superior. Pero me temo que no es el caso. Debemos seguir la evolución de este dato número total de horas efectivas semanales trabajadas por todos los ocupados. Cuando este dato sube se crea trabajo, empleo real, no número de personas trabajando sino más trabajo. Si además sube el número de afiliados a la Seguridad social iríamos en el buen camino. Y si los afiliados suben más que las horas trabajadas a la vez que disminuimos la inestabilidad y la precariedad sin perder en salarios ya estaríamos en la senda correcta. ¿Lo veremos? Si no se da en un entorno de fuerte crecimiento postpandemia, no sé cuándo entonces.