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Ciclista al que se le recuerda: Adolfo Cruz, El Cinchu

Una historia deportiva y otra historia familiar, debo diferenciar. La segunda es triste, muy triste. Así que hablaré un poco de la primera, aunque irremediablemente va unida en parte a la familiar.

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Ciclista al que se le recuerda: Adolfo Cruz, El Cinchu
03-03-2020

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'CINCHU'

He hablado con él varias veces, hace ya tiempo. Se que aún vive; es duro, muy duro. Anciano (creo que nació en 1928, pero hablo de memoria), bajito y rechoncho, cuando nos veíamos, allá en el taller que su hijo tiene o tenía en Torres (Torrelavega) iba vestido casi siempre con un mono de trabajo y una gorra que cubría en parte su ya encanecido y ralo cabello. Se desplazaba en una pequeña bicicleta B-H. Adolfo Cruz, que así se llama, aunque todo el mundo lo conoce más por su apodo deportivo de 'Cinchu', tiene una gran historia que contar, pero quizá se conforma con ir contando a unos y otros pequeños retales de la misma. Una historia deportiva y otra historia familiar, debo diferenciar. La segunda es triste, muy triste. Así que hablaré un poco de la primera, aunque irremediablemente va unida en parte a la familiar.

El caso es que eran ocho hermanos, y su padre murió o lo mataron cuando la Guerra Civil española, no sé si durante o después. Una viuda de Ganzo (Torrelavega) con ocho hijos, hay que hacerse a la idea. Pues bien, cuando Adolfo comenzó a disputar carreras ciclistas (fue profesional desde 1953 a 1959) y a ganarlas, algunas lejos de su tierra, cuando llegaba a casa -acaso meses después de haberse despedido de su familia-, su esposa le preguntaba que qué había hecho, que si traía algo de dinero, que nadie sabía nada de las carreras en las que había participado, si había ganado, perdido o qué. Él, extrañado, sacaba un sobre donde guardaba el dinero ganado y se lo entregaba a su esposa : ' Mira, aquí tienes. ¿Y qué es eso de que nadie aquí sabe de mí? '. Qué era. Pues muy sencillo. Se enteró después que las redacciones de los periódicos que entonces había en Cantabria callaban las noticias que sobre Adolfo llegaban desde los puntos de España donde corría carreras, por lo que aquí nadie se enteraba. Le pregunté si sabía la razon, y me contestó de manera clara y concisa: 'Porque mi padre había sido rojo'.