Marina Rodríguez, cántabra de 28 años, se casa dentro de dos semanas. Será una de las pocas novias que dé el 'sí, quiero' este mes en nuestra comunidad. En septiembre, la actividad del sector nupcial esperaba recuperar algunas de las bodas retrasadas desde el mes de marzo y el inicio de la primavera por la pandemia de Covid-19, pero la mayoría han preferido posponer la ceremonia a 2021, esperando que haya menos restricciones entonces, especialmente en cuanto a invitados. 

Podría afirmarse, según datos que manejan en este sector, que más del 80 por ciento de las previsiones para este año 2020 se han suspendido o aplazado, más ahora que puede vivirse en pareja sin necesidad de, por ejemplo, contraer matrimonio.

Organizadores de bodas, tiendas de ropa de ceremonia, restaurantes, estudios de fotografía, peluquerías, y otras actividades relacionadas con estos eventos dan por perdida la temporada, especialmente de bodas, bautizos y comuniones. 

Cuando quedó finiquitado el estado de alarma, muchas familias pensaron que podían seguir adelante con sus planes en relación a este tipo de acontecimientos familiares, pero lo cierto es que el verano no ha dado tregua por el aumento progresivo de los contagiados. En general,  el coronavirus y las medidas de confinamiento adoptadas para combatirla trastocaron o alteraron aspectos muy diversos de nuestra vida. En particular, muchas parejas que tenían previsto casarse o familias que tenían comuniones desde junio tuvieron que  plantearse el cambiar el modelo de celebración de boda, bautizo o comunión, especialmente si seguían adelante en relación al número de invitados.

En estos ambientes familiares, después de muchos meses de preparativos y los novios de soñar con la boda, apareció la inquietud y el temor a que no podría celebrarse la ceremonia, al menos como tenían previsto inicialmente.

¿Que previsiones hay para el año próximo?. Pues que las parejas que han retrasado sus enlaces están buscando otras fechas y se han puesto en contacto con restaurantes que al subir la demanda están "vendiendo" en exclusividad la boda de una pareja en una determinada fecha para la que tienen otro compromiso. Es decir, que hay establecimientos que celebrarán una banquete si el contrato es en "exclusividad" o celebrarán otro más, con lo cual los invitados de ambas ceremonias tendrán que compartir la copa de final de fiesta. En fin, que todo está en estimaciòn, en base a la evolución de la pandemia.