Íñigo Sainz-Maza, el cruzado se le cruza a un gran profesional
Cuanto más felices estamos con nuestro Racing, líder destacado, nos encontramos ahora con una alegría que se ha tornado en disgusto al oír gritar al capitán Íñigo. Máxime cuando el club ha ofrecido el diagnóstico: ruptura del cruzado de la rodilla derecha, con otras lesiones asociadas. Si todo sale bien quirúrgicamente, como esperamos y deseamos, el periodo de recuperación será de ocho meses en el mejor de los casos, siendo realistas, un año de baja.
Pasado el minuto sesenta del partido frente al Córdoba, el capitán local hizo un quiebro con la pelota en los pies frente a un contrario. En ese movimiento, la rodilla izquierda giró de forma desafortunada mientras mantenía la pierna derecha rígida, lo cual produjo el grave daño. Esto lo hizo precipitarse al césped, donde yacía en un grito de dolor, mientras sus compañeros, tanto de su equipo como del rival, se acercaban a atenderlo, conscientes de la posible gravedad de la lesión. Incluso Sangalli solicitó la presencia de una camilla, aunque esta fue desechada pocos minutos después. Nos infundió cierta esperanza verlo salir, cojeando y ayudado por el equipo médico, pero por su propio pie. “Igual tres semanas, un mes…”, pensábamos. Pero este jueves por la mañana, nuestras esperanzas y previsiones optimistas se rompieron. Al capitán Íñigo Sainz-Maza se le ha cruzado en su ejemplar vida deportiva el cruzado, una de las lesiones más graves que puede sufrir cualquier deportista.
Motivos para esta lesión, haberlos haylos. Puede ser, tan sencillo como un movimiento espasmódico de la propia articulación; o como muchos afirman, el pésimo estado del terreno de juego. Desde hace algunas temporadas, se encuentra en un estado impracticable, debido a la falta de enraizamiento en el supuesto suelo. Decimos “supuesto” porque no podemos asegurarlo, no somos botánicos, pero parece que años atrás se realizaron ciertas modificaciones en el subsuelo del estadio, y ahora ninguna de las empresas encargadas de la instalación del césped logra que se asiente adecuadamente. El campo se levanta cada vez que se juega un partido, lo cual representa una situación peligrosa para los jugadores.
Siempre se dice que caen los mejores. El capitán del equipo, Íñigo Sainz-Maza, es un tipo extraordinario, elegido para el cargo por sus compañeros. Ejerce de racinguista de cuna y es considerado uno de los mejores recuperadores del fútbol español, según expertos televisivos y exprofesionales destacados en sus comentarios en directo. El de Ampuero siempre está dispuesto a hacer de su equipo un ejemplo de deportividad y valores humanos. Asiste a colegios para conversar con los niños y en ocasiones ha obligado a algunos “trencillas” (en referencia a los árbitros, término que proviene de cuando llevaban chaquetas con las solapas bordeadas por una cinta blanca) a detener los encuentros ante incidentes graves en la grada, lo que en una ocasión casi le cuesta una expulsión disciplinaria.
Íñigo une a su calidad como futbolista la humana. Es muy querido en el vestuario. Tanto es así, que en cuanto se recupere de esta experiencia traumática, participará de alguna manera en el día a día de la plantilla. En otras palabras, el club desea que su recuperación se lleve a cabo junto a sus compañeros, a quienes, sin duda, llenará de ánimo en cada partido.
Con impaciencia esperaremos su recuperación. Te esperamos, Íñigo, y te admiramos en plena forma para liderar a tus compañeros en el terreno de juego, ya en Primera División. Porque “un anhelo nos persigue…”; primero, que te recuperes cuanto antes. ¡Mucho ánimo!