BAYERISCHES STAATSORCHESTER
Por CLAQUETA
Título: “BAYERISCHES STAATSORCHESTER”
Género: Concierto sinfónico
Director: Vladimir Jurwski
Solista: FRANK PETER ZIMMERMAN (Violín)
Programa: “Sinfonía, Nº 32” de, Mozart; “Concierto Gregoriano para Violín y Orquesta” de, Respighi; y “Sinfonía Nº 1” de, Brahms
Sala: Argenta
Critica: Jornada de las llamadas grandes, dentro de cada programación del Palacio de Festivales de Cantabria. Una orquesta, la del Estado de Baviera, de las grandes europeas, de nacionalidad alemana, radica en Munich. Con nada menos que quinientos años de existencia, lo que la hace, además de ser una de las mejores del continente, de mayor historia de las formaciones sinfónicas de todo el mundo. Un director, Vladimir Jurowski, que a pesar de su juventud, ha sido titular hasta 2021 de la London Philharmonic, siendo protagonistas, entre otras efemérides, de haber conducido la música de grandes bandas sonora de la cinematografía mundial. Siendo designado como director emérito en la actualidad. Siendo titular de esta de Munich y de la de Rundfunk. Así como de varios teatros de la ópera. Cerrando una alineación de lujo; uno de los más grades violinistas de la actualidad, Frank Peter Zimmermann. Rozando los sesenta años, su primer concierto lo interpretó a los diez años y en principio se dio a conocer como fundador del trío de cuerda, conocido mundialmente con su apellido, Zimmermann. Siendo en la actualidad, un afamadísimo concertista por los cinco continentes y de cabecera de grandes orquestas y directores. Con este carné de baile, no quitamos ni un ápice, de jornada grande.
Un programa sinfónico variado, ha jalonado la velada sinfónica. La “32” de Mozart a la que le iría bien el sobre título de “La Alegre”, dentro de la alegría innata de muchas de las creaciones del genio de Salzburgo. Poniendo un fuerte ejercicio a la cuerda de esta orquesta alemana, con una respuesta maravillosa, con la conducción ideal para vivir una gran fiesta musical.
Ottorino Respighi y su “Concierto gregoriano para violín y orquesta”, con diferentes influencias de compositores que han escrito para violín y orquesta, fue interpretado, en una comunión perfecta de orquesta y violinista, engrandeciendo, en todo momento, una partitura tremendamente descriptiva. Con momentos, muy curiosos, como de banda sonora de aquellas tradicionales películas del oeste. Ciertamente, que hay que contar con que se trata de una pieza arrancada del gregoriano, por lo que tiene momentos, bien descritos, con carácter de sublimes. Además con un violinista excepcional, dominando las cuerdas de su instrumento histórico, que ofrecía un fraseo, entre misterioso y romántico.
Y por ultimo una brillante interpretación de la “Sinfonía Nº 1” de Brahms, donde la orquesta, demostró su categoría, también con el viento. En un todo sinfónico de fuerza inusitada. Broche de oro para una gran jornada.