Actuación: SONYA YONCHEVA (SOPRANO)
Acompañada: ORQUESTA DE LA REAL ÓPERA DE VERSALLES
Género: Recital de canto con orquesta de cámara
Director: STEFAN PLEIWNIAK (violinista)
Programa: íntegramente arias de G. F. HÄNDEL
Crítica: Sonya Yoncheva, la soprano búlgara, afincada en Suiza. Considerada como una de las mejores sopranos en el mundo. Conocida, igualmente por su belleza, pero sobre todo por ser una mujer influyente, seguida por los medios de comunicación, como mujer independiente que se expresa en cinco idiomas, al mismo tiempo es una líder en moda,prueba de ello son los dos modelos en blanco que sacó a escena. Por cierto, gran defensora de la zarzuela española.
Hechas las presentaciones, digamos que asistimos en el festival a un recital con orquesta de cámara y sin embargo especialista en el género lírico, como sinfónica, lleno de verdad. Tanto la gran soprano, como la orquesta, gran especialista en estos menesteres ya decimos, en una selección de 17 músicos extraordinarios; no han llegado a Santander a cumplir. Muy al contrario con un precioso, pero al mismo tiempo dificilísimo programa, dedicado a las aroas Händel, la entrega fue máxima.
Una entrega que puso de manifiesto todas las calidades posibles. Uno de los momentos claves del recital es cuando sientes la extraordinaria conexión, entre la estrella del recital, la soprano, el director, Stefan Pleiewniak, en esta ocasión con violín y no batuta, aunque es su director titular junto a otras reconocidas formaciones. Lo cual permite que el auditorio consiga disfrutar de todos los matices, sin que unos se sobreponen a otros.
De las arias de Händel, además de su fuerza musical, con un estilo propio diferenciador, también sobresalen unos personajes a los que, Sonya Yoncheva consigue mimetizar aportando dotes de actriz a su modulada voz. Haciéndonos sentir en cada interpretación la forma de ser de cada personaje. Interpretados a través de una gran voz y el gesto adecuado a cada personalidad. Cleopatra, Alcina y Theodora, entre otros, resaltan sus leyendas a través de la Yoncheva. Una soprano, que hace algo inusitado entre sus compañeras. En ocasiones se pone a bailar, mientras canta al ritmo de la música.
Se asegura que muchas cantantes líricas usan, incluso abusan, de lo que en teatro se llamó hacer mutis por el foro. Lo que en este terreno se podía denominar como golpes de efecto, para arrancar una ovación cerrada. Cuestión perfeccionada mejor con una orquesta, que no en un recital con piano. Pues sin duda ese no es el estilo de la personalísima cantante búlgara. En todo momento, representa lo mejor de cada composición, acentuando sólo la importancia de cada momento descrito por la obra.
Capítulo aparte merece la selección de instrumentistas de la Real de la Ópera de Versalles, dirigida en perfecta sintonía con Sonya Yoncheva, en un recital para enmarcar. Pero igualmente en la interpretación orquestal del Concierto Grosso Nº4 de Corelli. Al que el director polaco dio un tono espectacular, menos frecuente en otras interpretaciones, pero sacándole un jugo interesante. Al igual que degustamos las interpretaciones de las oberturas, “Serse” y “Rinaldo».