Título: “CHAVELA”
Género: Teatro musical
Autor: CAROLINA ROMAN
Autor musical: ALEJANDRO PELAYO
Dirección: Carolina RománDirección musical: Alejandro Pelayo
Intérpretes: ROZALEN Y LUISA GAVASA. Acompañadas de, Paula Iwasaki, Raquel Varela, Laura Porras y Alejandro Pelayo al piano
Crítica: Con un lleno hasta la bandera en el palacio de Festivales, al igual que en Madrid y resto de la gira. Un espectáculo músico teatral dedicado a la gran Chavela Vargas y su legado artístico y de vida, que la actriz autora y directora, Carolina Román ha llevado a cabo para defender un legado de trascendencia, desprendiéndose de la vida y obra de una singular artista, la simplemente conocida por su nombre de pila, Chavela.
Hay una frase que se distribuye como un mantra sobre todo lo concerniente de esta obra teatral, que es también musical, por el todo de “Chavela”. El personaje que reza así, pronunciada en su día por la cantautora de la voz quebrada. “Yo no me voy a morir porque soy una chamana y nosotros no nos moriremos, nosotros trascendemos”. Y si los chamanes tienen algo o todo de magos, Carolina Román, artista del método teatral, lo que pretende con su última obra como dramaturga, desde una visión femenina. Por cierto todas las intérpretes son mujeres, aunque alguna haga algún personaje de hombre, es trascender. Con una puesta en escena atrevida, donde el fondo del mito, quizás de barro, por lo cercana al propio drama humano, se muestra con fuerza a través de dos Chavela Vargas, principalmente. La artista y la persona, unidas por un halo de inspiración. Con dos protagonistas, permítanme la adjetivación, grandes, Rozalén, la artista joven y dispuesta; Luisa Gavasa, igualmente la artista pero la persona mayor.
Con una bien diseñada función musical, los temas propios del mito mexicano, mas los ambientales, creados e interpretados al piano por Alejandro Pelayo.
Otro punto de calidad de la representación son los diseños de escenografía y vidioescena a cargo de, Javier Ruiz de Alegría y Ezequiel Romero, respectivamente. Adentrándote en el alma de la historia biográfica de tanta fuerza como la que se expresa. Usando de una técnica casi mágica de aparición y desaparición de seres y cosas, todo con efectos luminosos y de sonido ejecutado perfectamente. Si a todo esto unimos una iluminación adecuada, trabajo de, Raúl Baena y Eduardo Vizuete. Con un vestuario original de, Elda Noriega, que toma un extraordinario protagonismo, para acercar la personalidad de la biografiada y su entorno, sobre todo con los ponchos, eternamente unido a la protagonista. Nos encontramos con una obra teatral con muchos elementos para gustar.Con un final apoteósico de unidad protagonistas, publico con un coro improvisado, pero bello interpretando “La Llorona” como un himno.



