El líder de Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis ‘Alvise’ Pérez, vivió este domingo su primer gran revés político y organizativo. Pese a las expectativas generadas y al fuerte despliegue económico del evento, el Palacio de Vistalegre presentó una imagen semivacía y una asistencia muy por debajo de las 5.000 personas.
El acto, concebido para demostrar fuerza y consolidar su movimiento, acabó reflejando justo lo contrario: un proyecto en retroceso, incapaz de llenar ni la mitad del recinto madrileño. La organización intentó presentar el mitin como un éxito, pero las gradas vacías y la falta de entusiasmo entre los asistentes marcaron el tono de la jornada.
Durante su intervención, Alvise presentó su nueva Ejecutiva Nacional entre gritos de “¡presidente, presidente!” y prometió medidas de corte populista como un “software antifraude electoral”, un plan masivo de deportaciones y la construcción de una macrocárcel inspirada en Nayib Bukele. También cargó contra la “partitocracia” y aseguró que España vive “bajo el saqueo de los grandes partidos”.
Sin embargo, ni el tono combativo ni la puesta en escena lograron ocultar la escasa capacidad de convocatoria del movimiento, que meses atrás presumía de un crecimiento meteórico en redes sociales. Las imágenes de un Vistalegre semivacío se convirtieron rápidamente en la prueba visible de que el fenómeno Alvise atraviesa su peor momento político y de apoyo social.