El Gobierno de Pedro Sánchez ha obtenido un importante gesto diplomático de Alemania, uno de los países que hasta ahora lideraba la oposición al reconocimiento del catalán como lengua oficial en la Unión Europea.
El canciller alemán, Friedrich Merz, ha aceptado abrir un diálogo con España para estudiar la oficialidad del catalán —así como del euskera y el gallego— en las instituciones comunitarias. El acuerdo se alcanzó apenas un día después de que Junts amenazara con romper su apoyo parlamentario al PSOE, lo que añade una clara lectura política a este movimiento.
“Nuestros dos gobiernos han acordado hoy abrir un diálogo con el objetivo de encontrar una respuesta a la solicitud española de que sus lenguas oficiales distintas del español sean reconocidas como oficiales en la Unión Europea de forma que sea aceptable para todos los Estados miembros”, reza el comunicado conjunto difundido tras el encuentro.
Por ahora, no se ha desvelado qué contraprestaciones ha ofrecido Sánchez a Alemania o a Bruselas para conseguir este giro de postura. No obstante, en los próximos días se espera que trasciendan los detalles de las negociaciones, que podrían implicar cesiones en el ámbito económico, energético o institucional dentro de la UE.
La iniciativa busca contentar a Junts y asegurar la estabilidad parlamentaria del Ejecutivo, aunque el coste político y diplomático del movimiento aún está por conocerse.




