Con un apretón de manos y expresiones cordiales, Donald Trump y Vladímir Putin se encontraron por primera vez en la base aérea de Elmendorf-Richardson, en Anchorage (Alaska).
Este encuentro marcó el primer diálogo bilateral entre EEUU y Rusia desde 2021, levantando expectativas sobre una posible solución al conflicto en Ucrania, que ya acumula más de 3 años y medio como el enfrentamiento más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
3 horas de reunión
Tras mantener una reunión de unas 3 horas con sus respectivos equipos, ambos líderes ofrecieron una breve comparecencia ante los medios de comunicación sin responder preguntas.
Durante esta intervención, destacaron su intención de reconstruir las relaciones diplomáticas entre ambas potencias. «Es momento de avanzar hacia la cooperación y dejar atrás la confrontación», declaró Putin.
Por su parte, Trump subrayó: «Este es el inicio de la restauración de nuestras relaciones basadas en intereses comunes».
Un deshielo parcial: avances
A pesar del tono positivo, la cumbre no logró materializar una tregua inmediata para el conflicto en Ucrania. Durante su intervención, Trump describió el encuentro como productivo: «Hemos alcanzado muchos acuerdos importantes». El presidente estadounidense anunció que contactaría de inmediato con aliados de la OTAN y con el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, para informarles sobre los detalles discutidos. Sin embargo, admitió que algunos temas clave, incluido el alto el fuego, aún permanecen sin resolver. «No hemos llegado todavía a ese punto, pero lo conseguiremos«, aseguró.
Por su parte, Putin coincidió en que los resultados están cerca, aunque subrayó que cualquier acuerdo debe respetar los intereses nacionales de Rusia. También responsabilizó a la anterior Administración de Joe Biden por el deterioro de las relaciones bilaterales: «Durante más de 4 años, estos encuentros fueron suspendidos, llevando nuestra relación a su nivel más bajo», criticó. No obstante, destacó que con Trump ha surgido una «relación de trabajo sólida, basada en la confianza y la comunicación directa».
Una reunión histórica
El encuentro en Alaska representó el primer cara a cara oficial entre ambos líderes desde que Trump regresara a la Casa Blanca en enero, aunque han mantenido hasta 6 conversaciones telefónicas previas. Aunque el objetivo central giraba en torno a la guerra en Ucrania, también se buscó reactivar el vínculo diplomático entre Washington y Moscú, gravemente dañado en los últimos años.
La ceremonia de bienvenida estuvo cargada de simbolismo. Trump aguardó la llegada del Il-96 de Putin, escoltado por 2 cazas F-35, para recibirlo al pie de la escalerilla del avión, donde se extendió una larga alfombra roja. Contrario a su costumbre en otros encuentros internacionales, Putin llegó puntual a la cita. En la base militar, tras una breve sesión fotográfica sin declaraciones, comenzaron las negociaciones.
Equipos de alto nivel en la mesa de diálogo
El esperado encuentro privado entre ambos mandatarios, en el que Trump deseaba evaluar personalmente la seriedad de Putin según sus propias palabras («Quiero mirarle a los ojos»), fue sustituido por una reunión ampliada con sus colaboradores más cercanos.
Por el lado estadounidense, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial para Oriente Medio, Steven Witkoff -quien se reunió con Putin en Moscú hace 10 días- formaron parte de la delegación negociadora.
En la comitiva rusa destacaron el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, y el principal asesor en política internacional, Yuri Ushakov. Ambos líderes viajaron acompañados por altos funcionarios de sus respectivos gabinetes, quienes participaron posteriormente en una reunión más amplia entre las delegaciones.
