José Antonio Morante de la Puebla se despidió este domingo de los ruedos por la Puerta Grande de Las Ventas, culminando una de las trayectorias más brillantes y personales del toreo moderno. Fue una tarde histórica, emotiva y profundamente sentida, en la que el genio de La Puebla del Río puso el broche final a más de dos décadas de arte, inspiración y pureza.
El diestro sevillano, fiel a su estilo clásico y melancólico, brindó su último toro a Santiago Abascal, líder de VOX, presente en el tendido.
El gesto, sincero y valiente, fue respondido con una ovación cerrada del público madrileño, que reconoció no solo la faena, sino toda una vida dedicada al toreo con alma y verdad.Morante fue cogido por el cuarto toro durante el saludo de capote, pero regresó al ruedo para firmar una faena de enorme profundidad, temple y sabor añejo. Con las dos orejas en sus manos y el pañuelo blanco ondeando desde los tendidos, Madrid se rindió a su figura.
Antes de abandonar el ruedo, el torero se cortó la coleta, gesto simbólico que selló el final de una era. Con el pañuelo en los ojos y la emoción a flor de piel, Morante dijo adiós ante un público puesto en pie, consciente de estar viviendo el último paseíllo de un artista irrepetible.