La Asociación de Ciudadanos en Defensa de El Sardinero ha cerrado el balance de 2025 con una conclusión clara: el barrio acumula otro año sin avances reales, marcado por la degradación del patrimonio, proyectos bloqueados y una presión estival que vuelve a desbordar a vecinos e infraestructuras.
Proyectos que no despegan
Uno de los anuncios más repetidos del año ha sido el proyecto vinculado al Racing. Un plan presentado por el propio club, no por el Ayuntamiento, y que desde entonces permanece en fase de estudio. “Nos sentamos a verlo” ha sido, según los vecinos, la única respuesta institucional, sin concreción ni calendario.
La situación de la Plaza de Italia se mantiene como símbolo del estancamiento. La plaza, que vuelve a inundarse con cada episodio de lluvia, ni siquiera figura en la planificación municipal para 2026. Un año más, sin soluciones y sin servicios básicos como socorrista en verano.
Obras eternas y patrimonio en riesgo
Los Jardines de Piquio continúan cerrados, rodeados de vallas y andamios. Uno de los paseos más emblemáticos de la ciudad sigue inaccesible, con denuncias vecinales por plagas y ausencia visible de trabajos regulares.
Peor aún es el caso del Hotel París, cuyo derribo ha sido anunciado, certificando la pérdida de otro elemento del patrimonio histórico del barrio. Para los vecinos, un golpe directo a la identidad del Sardinero.
Edificios que se deterioran
El estado de Los Galeones, La Horadada y El Rema sigue generando preocupación. Edificaciones emblemáticas que continúan deteriorándose sin actuaciones visibles.
Especial mención merece la situación de los Bajos del Rhin, apuntalados desde hace años. La “buena noticia” de 2025, ironizan desde la asociación, es que no se haya producido ningún accidente.
El verano, otra vez sin control
La temporada estival ha vuelto a dejar escenas de saturación total: más turistas que nunca, pero los mismos recursos de siempre. Suciedad, ratas y una sensación generalizada de barrio colapsado. A ello se suma la prolongación de la Feria de las Naciones, que ha batido récords de duración sin que se haya ofrecido una alternativa de ubicación que alivie a los residentes.
Las pocas luces del año
No todo ha sido negativo. La adjudicación del nuevo contrato de limpieza y basuras es la principal esperanza de mejora inmediata. Los vecinos confían en que suponga el fin de los contenedores soterrados que nunca funcionaron y un control real de la proliferación de ratas.
También se valora positivamente que las autocaravanas no se instalen finalmente en Mataleñas y el anuncio de una semipeatonalización de La Magdalena, aunque en este último caso se reclama más información y participación vecinal.
El gran anuncio… para 2026
El Ayuntamiento ha cerrado el año anunciando que en enero de 2026 se conocerá la ubicación del nuevo recinto ferial multiusos, prometido para antes de 2027. La asociación considera positiva la intención de descentralizar los macroeventos, pero advierte de su escepticismo tras años de anuncios sin avances. Reclaman transparencia total, plazos claros y un plan de movilidad que evite trasladar el problema a otro barrio.
Un barrio cansado, pero organizado
Para la Asociación de Ciudadanos en Defensa del Sardinero, 2025 ha sido “un año perdido”: parches en lugar de soluciones, patrimonio que desaparece y problemas estructurales sin abordar. Pero también ha sido el año en que el movimiento vecinal se ha fortalecido, superando ya los cien socios.
“El abandono ya no se asume en silencio”, subrayan. El objetivo para 2026 es claro: pasar del “ya lo estudiaremos” a actuaciones reales que permitan recuperar el Sardinero que, aseguran, el barrio y la ciudad merecen.






