Termina, hoy, el confinamiento de los profesionales del Fernando Arce de Torrelavega
Durante este tiempo se han dedicado a hacer la vida normal de las personas discapacitadas, que afortunadamente han estado a salvo del virus durante toda la pandemia.
PROFESIONALES DEL CENTRO FERNANDO ARCE, de Torrelavega, finalizan hoy su confinamiento, después de ochenta días (el primer grupo) que entraron el 2 de abril y cuarenta días el segundo. Durante este tiempo se han dedicado a hacer la vida normal de las personas discapacitadas, que afortunadamente han estado a salvo del virus durante toda la pandemia.
Cuando entraron, varias televisiones nacionales dieron la noticia ya que los profesionales no acudieron a realizar un trabajo obligatorio, sino que se ofrecieron como voluntarios. Se trata de un ejemplar comportamiento que, con seguridad, recibirá hoy el aplauso de los ciudadanos que se acerquen a las siete de la tarde para ver la salida de estos profesionales. No todos, según nos han dicho, finalizan hoy, ya que en los próximos días saldrán otras personas que vienen realizando estos trabajos.
En tantos días y semanas de confinamiento habrá habido días gratificantes por el deber cumplido, pero también otros no tanto al echarse en falta a la familia y a los seres queridos más próximos. Pero, en fin, lo importante ha sido este ejemplo de solidaridad con personas discapacitadas que también han dado un ejemplo contra el virus, cumpliendo con todas los mandatos de Sanidad.
ENTRARON EL 12 DE MAYO. ASÍ SE NARRÓ LA ENTRADA Y SALIDA
Siete trabajadoras que han estado confinadas durante casi un mes y medio en el Centro Residencial Fernando Arce de Torrelavega junto a 40 personas dependientes han salido de la residencia este miércoles entre aplausos y vítores de agradecimiento y han dado el relevo a otros siete empleados, que han sido recibidos de la misma manera y que serán los que permanezcan ahora aislados.
Tras 43 días confinadas de manera voluntaria, a su salida les esperaban en la puerta principal del centro algunos compañeros, familiares y directivos para "reconocer su valor personal y humano".
Las trabajadoras han salido con maletas y protegidas con mascarillas y guantes, y han sido recibidas entre aplausos, unos desde el exterior del recinto, los de las personas que les esperaban; y otros desde el interior, los del personal que se encontraba trabajando en el centro.
De la misma forma han entrado los otros siete empleados que toman el relevo y se confinarán desde hoy, entre aplausos y mensajes de agradecimiento y de despedida de las personas que se encontraban en a las puertas de la residencia.
"Adiós a todos", "gracias", o "limpiaos bien", han sido algunas de las palabras que les han dedicado mientras avanzaban hacia el interior de la residencia con maletas, despidiéndose y lanzando besos al aire.
En total, el día 1 de abril se confinaron 18 personas --entre ellas, las trabajadoras que han salido hoy--, que respondieron de forma voluntaria a la solicitud del centro para hacer un aislamiento perpetuo con el fin de proteger a los residentes del coronavirus, de modo que ninguno de ellos se ha contagiado.
En concreto, se confinaron dos educadoras, diez cuidadoras, una gobernanta, dos ayudantes de limpieza y tres personas de mantenimiento, que han acompañado a las 40 personas con dependencia que han permanecido en el Fernando Arce tras la declaración del estado de alarma por el coronavirus, mientras que otras 17 familias decidieron trasladar a los residentes a sus domicilios.
Cada residente dispone de su habitación individual, y el encierro con sus cuidadores y educadores les ha permitido que, además de los cuidados básicos, hayan seguido participando en talleres y actividades físicas, ya que el centro ocupa unos 6.000 metros cuadrados, de los cuales 1.000 están habilitados para e la práctica del deporte al aire libre en la medida de sus posibilidades.
El único servicio que se ha clausurado en este periodo de confinamiento es el de la piscina climatizada, que se reabrirá cuando revierta la normalidad.
Una de las cinco plantas del complejo está ocupada por el personal cuidador, para que pueda tener sus momentos de descanso, y otra está habilitada como hospital "improvisado" por si fuera necesario.