Multitudinario funeral por el sacerdote don Acilino en Los Corrales de Buelna
La iglesia de San Ramón en el barrio de Lombera se quedó notoriamente pequeña para acoger a las muchísimas personas que asistieron a una misa-funeral concelebrada en la parroquia
(La fotografía adjuntas corresponde al celebrado en Barruelo de Santuyán y presidida por el Obispo de la Diócesis de Santander)
POR PAULINO LAGUILLO
Tal y como ocurriera el miércoles en su pueblo de Barruelo de Santuyán, ayer, jueves, la iglesia de San Ramón en el barrio de Lombera se quedó notoriamente pequeña para acoger a las muchísimas personas que asistieron a una misa-funeral concelebrada en la parroquia que durante más de medio siglo tuvo a su cargo en el Valle de Buelna el fallecido sacerdote D. Acilino García, no solamente fieles de la misma sino de todo el municipio.
EL MIÉRCOLES FUE EN BARRUELO
Presidida por el Obispo de la Diócesis de Santander, monseñor Manuel Sánchez Monge, y concelebrada por catorce sacerdotes más, entre ellos todos los del Valle de Buelna y el rector del Seminario de Corbán, junto a otros de Palencia y de Santander, en la tarde de ayer, miércoles, tuvo lugar en el exterior de la iglesia de Santa Cecilia del pueblo de Santa María de Nava, municipio de Barruelo de Santuyán, del que era natural, una misa-funeral rebosante de emoción entre las muchas personas que acudieron a la misma para dar su último adiós al sacerdote y cura párroco de la iglesia de San Ramón en el Valle de Buelna, D. Acilino García Arto.
Más de un centenar de personas que se desplazaron desde el Valle de Buelna hasta Barruelo de Santuyán estuvieron presentes en las honras fúnebres de dicho sacerdote, muy querido de siempre por la población buelnense, tanto adultos como jóvenes que le tuvieron de profesor en los distintos institutos de enseñanza y a quienes administró en vida varios de los Santos Sacramentos.
También asistieron familiares descendientes de D. de D. Ramón Quijano de la Colina, cuya viuda, Dª Adela Secades Abarca fundó en 1961 la parroquia de San Ramón, construyendo a sus expensas la iglesia de la que D. Acilino fue cura párroco más de medio siglo.
El Obispo de la la Diócesis de Santander se refirió en su muy emotiva homilía al desgaste muy patente de D. Acilino en pro de sus fieles durante la intensa labor pastoral que había llevado a cabo. Asimismo, tuvo palabras de elogio para los buelnenses que se habían desplazado hasta allí, añadiendo que era todo un gesto que mucho les honraba.
Una joven que había sido alumna suya leyó un escrito igualmente muy emotivo y de agradecimiento a D. Acilino, refiriéndose a sus citas y consejos, siempre muy bien recordados en el tránsito por la vida, matizó.